La ciudad es mi víscera sangrante/ perpetuo martilleo de la sangre sobre la cosa/ erosión de tiempo que perfora la piedra/ partir no es ir atravesando muros/ es partir de la sangre en su hemorragia infinita, de final, de principio/ extraños merodeadores beben la sed de la noche/ es la eterna saciedad/ expresión del guerrero en la mueca bestial, sedienta inconcreción de la noche.../ y ella víscera inflamada/ que el ser inflama con minúsculas aflicciones/ la noche.../ eterna.
He de estar incompletamente/ suspendida del límite, exiliada/ arrebatadamente cruel/ de limbo abierto, distante/ percibiendo la fosforescencia, la próxima insensatez/ limitante/ cuando nadie oyó nadie dijo nada/ aguantando la falta de aire destrozada razón destronada coraza/ del intento del corazón herido de sobreponerse/ rejuvenecido o antiguo/ inaugurando siempre/ huyendo/ invertida/ proscrita/ ululante en centro de mudez/ inquiriendo/ cuando no hay a quien inquirir/ cuando no hay quien/ de lo siniestro lo punzante/ lo que punza la raíz/ misma y misma cosa cada vez/ aguantando, ahuyentando, invitando/ siempre, cuando desnudé/ el habitáculo/ cuando lo despoble del polvo del muerto/ lo deshabite/ y allí habló mi sombra/ la única que devela.